Para sorpresa de los doctores, tan sólo seis meses después de iniciado el tratamiento, el tumor que en abril medía seis centímetros se había reducido hasta medir dos milímetros, sin quimioterapia ni cirugía, algo impensado para la medicina tradicional.
En ese momento comencé a soñar con la posibilidad de acompañar a personas con cáncer a través de procesos psicoterapéuticos desde una visión de la salud holística, integrando las dimensiones física, psicológica y emocional. Es así como comencé un camino de formación en Ecopsicología, ecoterapia y prácticas contemplativas; complementando mi formación de psicóloga clínica. Al mismo tiempo, creé Fundación Floresta, una organización que facilitará sesiones de Terapia de Bosque de forma gratuita a pacientes oncológicos.