Generalmente cuando nos enfrentamos a un tratamiento oncológico, lo vivimos de forma muy aislada. Por lo tanto, establecer lazos de apoyo social y emocional con otras personas que están atravesando la misma situación, resulta muy beneficioso, logrando un mejoramiento en la calidad de vida y en la adaptación a las diferentes etapas del tratamiento.
La participación en un grupo terapéutico nos puede ayudar a comprender que tanto las sensaciones físicas como las emociones que sentimos a lo largo del proceso de la enfermedad, son parte de una experiencia compartida, permitiéndonos reconocer las principales dificultades y elaborar maneras eficaces de abordarlas.
La invitación es a formar parte de un espacio terapéutico para compartir las preocupaciones que puedan surgir durante las distintas fases del tratamiento y reflexionar sobre cómo afrontarlas. Al mismo tiempo, se explorarán diferentes herramientas desde la Ecopsicología y las prácticas contemplativas para cultivar la resiliencia y el bienestar emocional.